Un pelotón de kaibiles irrumpió en la comunidad Dos Erres, Petén, en diciembre de 1982.
Los militares asesinaron a 201 habitantes de este parcelamiento. Niños, adolescentes, adultos y ancianos fueron arrojados a un pozo. Pese a que la insurgencia no operaba en la zona, la comunidad fue masacrada porque sospechaban que en el lugar se encontraban 21 fusiles que la guerrilla les robó.

Tras interrogar a los pobladores de manera violenta por varias horas, el pelotón solicitó permiso para “vacunarlos”. Esa palabra significaba matar. Primero fueron los bebés y niños. Unos fueron arrojados vivos al pozo y otros, antes de ser lanzados, fueron asesinados dejándoles caer sobre sus pequeños cráneos una almádena.

Hasta ahora seis militares que participaron en la masacre han sido condenados por tribunales guatemaltecos.